"¿Qué es un espíritu cultivado? Es el que puede mirar las cosas desde muchos puntos de vista." Henry F. Amiel

Raúl Pérez

¿Qué es un árbol? Esta pregunta me crea cierta incertidumbre, a simple vista esta pregunta tiene fácil solución, pero no creo que nadie sea capaz de ofrecer una respuesta cierta. Sencillamente por una razón, puedes contestar a la pregunta mediante el conocimiento científico, mediante la filosofía o mediante el arte. Pero, ¿Acaso una de estas tres formas es la correcta?¿Debo creer en la respuesta que me ofrece la ciencia?¿O quizás la filosofía me acerque más a mi objetivo de responder mi duda?, o en cambio ¿El poder sentimental del arte es capaz de dar una respuesta con certeza? Cultivada en el jardín de la filosofía, ni la obra de arte con más poder de expresar la realidad pueda darnos una respuesta a esta pregunta. Pienso que la posibilidad de resolver estas incógnitas consistiría en fusionar estas tres "artes" desarrolladas por la mente humana, la ciencia, la filosofía y el arte.
Pienso que quizás la mezcla de conocimiento, razón y sentimiento nos ofrecería la respuesta más completa que podemos dar a esta cuestión ¿Qué es un árbol?, y sobre todo nos acercaría mas aunque sin poder alcanzar todavía la verdadera verdad de las cosas.
Centrándome más en darme una respuesta a mí mismo, me planteo diferentes cuestiones.
¿Tiene sentido la existencia de los árboles? Me paro a pensar y tengo una sensación curiosa, soy capaz de imaginarme un mundo sin seres humanos, pero en cambio no soy capaz de imaginarme un mundo sin árboles, quizás sea mi condición animal la que me impide hacerlo, quizás sea que el animal que llevo dentro el que rechaza mi mundo humano y me pide desde lo hondo de mi ser que vuelva al lugar del que provengo, la naturaleza, una naturaleza sustentada por diversos pilares, entre ellos se encuentra este ser tan
¿Es importante la existencia de este ser? este ser es imprescindible para la vida humana en este planeta y de innumerables especies más, este ser riega de vida el planeta tierra, este ser nos proporciona uno de los combustibles que nuestras células necesitan para vivir, el oxigeno, este ser adsorbe el gas que nuestro cuerpo desecha, el Co2.¿Acaso carece de importancia este ser? sinceramente sin la existencia de millones de estos maravillosos seres la vida humana en la tierra sería imposible, y en cambio nuestro mayor defecto, nuestra condición, nos lleva a robarle la vida a miles de estos seres a diario en todo el planeta.
¿Por qué existen los árboles? no tengo respuesta, pero les doy las gracias por existir, sin ellos ahora mismo no podría estar reflexionando sobre su existencia.
¿Me parezco a ellos? quizás mi aspecto no sea semejante, pero ellos algún día nacieron, como yo, algún día morirán. Como yo, ellos se alimentan, ellos crecen, ellos se reproducen, ¿ellos sienten?¿ellos son capaces de razonar? ¿ellos tienen memoria? quizás parezca algo incrédulo, pero ¿puedes demostrarme que no lo hagan? imagina por un momento que ellos se comunican entre sí, imagina que ellos tiene sus pensamientos, sus momentos alegres donde florecen y dejan anidar en su copa, sus momentos tristes donde pierden sus hojas y dejan al descubierto sus ramas, imagina que ellos tienen la capacidad de apreciar la estética, imagina que algún día se vuelven contra nosotros y dejan de regarnos de vida, imagina que el mundo sufriera una deforestación que acaba con estos seres, ¿Qué sería de nosotros?.
Un árbol solo puede carecer de importancia, y puede que solo nos preocupe hablar sobre el colectivo de árboles, pero, un, árbol concreto puede tener un mucho peso sentimental en una persona, quizás esa persona jugaba de pequeña en ese árbol y construyo una cabaña en sus ramas, o puede que acudiera a su sombra los días de verano acompañado de su amada, entonces para esa persona este árbol no significaría lo mismo que para otra persona que pase todos los días andando junto a él y no se pare a observarlo. Recuerdo que a mis 7 o 8 años de edad mis padres tenían un restaurante a las afueras de mi pueblo, cerca del campo. Recuerdo que no me gustaba nada estar en el restaurante y ver a mis padres trabajando todo el día y discutiendo, y sin saber porque, cuando me sentía agobiado por esta situación, montaba en bici y acudía siempre al mismo lugar, acudía al campo, recuerdo un monte sembrado de trigo, donde muchas veces jugué con mi mascota, luna, y en el centro del pastizal se encontraba un alcornoque, no sé por qué razón siempre que me sentía frustrado por las riñas de casa acudía a este lugar, recuerdo que subía al árbol y en sus ramas jugaba al tetrix, leía, y varias veces me quede dormido bajo su sombra. Recuerdo que me gustaba pasar mucho tiempo allí, me sentía lejos de los problemas de mis padres y me evadía de el restaurante, estaba en un lugar donde nadie me podía ver y me sentía muy bien allí. Con el tiempo cuando ya tenía cumplidos 9 años recuerdo que quise hacer una cabaña, me colé en un almacén donde vendían materiales de construcción y me lleve dos “pales”, los arrastre hasta el árbol e intente subirlos a sus ramas para construir mi cabaña, pero no era capaz, así que lo apoye en el tronco del árbol y lo usaba a modo de escalera para subir y bajar de él. Al poco tiempo recuerdo que mi padre me dio una buena noticia, un amigo de mi padre argentino se mudaba a mi pueblo y trabajaría en el restaurante, hasta ahí todo normal, pero la sorpresa fue cuando me dijo que tenía tres hijos. El tiempo pasó y el amigo de mi padre vino a vivir al pueblo junto a sus tres hijos y su esposa. Sus tres hijos y yo nos hicimos muy amigos, pasábamos la mayor parte del día juntos. Así que decidí mostrarles mi lugar favorito, donde tantas horas pasaba, los lleve al gran alcornoque, les gusto mucho y juntos hicimos la cabaña en el árbol, recuerdo que nos quedo muy bien, incluso la decoramos con flores y trajimos nuestros juguetes. Pasábamos los cuatro mucho tiempo allí y decidimos ponerle un nombre a aquel árbol. Lo llamamos Juravapa, ellos se llaman Juanma, Pablo y Valentín, y yo Raúl, así que le juntamos la primera silaba de cada nombre y le dimos nombre al gran alcornoque. Los días que ellos no venían al restaurante yo acudía solo a este lugar y leía o hacia las tareas del colegio, y los días que venían jugábamos desde por la mañana hasta que anochecía en aquel árbol rodeado de trigo.
Paso el tiempo y ellos se mudaron y fueron a vivir a Nerja, y yo ya con 13 o 14 años no encontraba la diversión en aquel lugar ya solitario para mi, y lleno de recuerdos con mis tres amigos, esto unido a que mis padres dejaron el restaurante a las afueras del pueblo y montaron uno en el centro del pueblo, me alejo de aquel lugar. Ya no acudí más bajo su sombra ni subí a sus ramas, hasta el día de hoy, haciendo este ensayo filosófico recordé el Juravapa, y decidí escribir allí, en ese lugar, donde me refugiaba de los problemas y me divertía de pequeño. Ahora mismo estoy subido en la rama donde hice mi cabaña, ya no está, solo queda el y yo, siento añoranza y tristeza pero a la vez alegría al haber vuelto a este lugar y recordar tantas cosas…
¿Qué es un árbol? Para mí, un árbol cualquiera no sabría dar una respuesta correcta. Pero este árbol en el que me encuentro es muy importante para mí, y cuando estaba ya casi olvidado, gracias a este trabajo para el instituto recordé los viejos lazos que me unían al Juravapa.
Y el y yo nos hemos prometido volver a vernos pronto.

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